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Epílogo

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  El tiempo sopló sobre nosotros durante muchos años. Años mejores y otros no tanto, bueno depende a quien de mis hermanos le pregunten, pero creo no equivocarme al decir que la opinión unánime es que fueron unas últimas décadas de pronunciados altibajos. Más allá de que el tiempo haya soplado con mucha fuerza sobre la ita, erosionando su salud y muchas veces incluso su estado de ánimo, hubo algo que ni el tiempo ni nuestras idioteces pudieron derribar, ni siquiera provocar una grieta… su amor de madre. Una frase cliché y manoseada lo sé, pero es la única que define esa porfía en preocuparse por nosotros, en preocuparse que no nos faltara nada, en estar siempre pendiente, en esperarnos despierta hasta tarde, en ofrecernos lo que ella no comió de su plato, en querer siempre lo mejor para nosotros. Suele decirse que el amor de los padres a los hijos no es recíproco, es decir, no se manifiesta con la misma intensidad cuando va en una dirección a cuando se dirige a la dirección contrar...

Capitulo 07: La casa heredada y cabos sueltos

  Muchos años estuvimos finalmente en la casa heredada por mi abuela Elsa, pasó mucha agua bajo el río y muchos cabos quedaron sueltos. Uno de esos cabos se llama Alondra. Alondra es mi media hermana, tengo recuerdos de haber compartido mucho con ella cuando era infante, pero nada más. Después poco a poco fui viendo cómo se alejaba más y más de nosotros.   La ita se separó de su hija por el año 1999 o 2000 ya que ella se iba con su esposo a Calama en busca de un mejor vivir. De hecho, la ita la acompañó y la fue a despedir al terminal de buses. No terminaron enojadas ni nada, pero hubo un distanciamiento evidente entre ambas, acentuado aún más cuando la ita le prestó un dinero que era de los fondos de la universidad de mi hermano, Alondra le había dicho que se le iba a devolver el dinero sin falta dentro 15 días, lo cual jamás ocurrió. Después de eso La ita recibió un par de llamadas por parte de ella por espacio de varios años, en la primera llamada Alondra le confirmaba qu...

Capitulo 06: La falta de apoyo

  Nuevamente y con la maldición de los 4 años encima nos tuvimos que ir de la casa de Puente Alto, pero esta vez fue distinto. La madre de la ita (mi abuela Elsa) estaba gravemente enferma y había decidido darle la casa a la ita, a ella, la que siempre estuvo arrendando producto de la muy mala suerte a la hora de tener una casa propia, ahora mi abuela le daba las escrituras de la suya. Ninguno de sus hermanos (mis tíos) se opuso a la decisión. Baudilio comenzó a trabajar en la ampliación de la casa que consistió básicamente en construir un segundo piso para uno de mis hermanos y para mí. La madre de la ita falleció antes de poder ver el segundo piso terminado. La ita no paraba de llorar en el velatorio y recuerdo que en el funeral cayó de rodillas frente al ataúd de su madre antes del descenso.   Baudilio también estuvo muy afectado, él ya se imaginaba ayudando a Elsa a subir por las escaleras para que viera el segundo piso terminado, pero no fue posible, o al menos no en vi...

Capitulo 05: Nómades cada cuatro años

  La ita y Baudilio alcanzaron a vivir un tiempo en Padre Hurtado, ignoro cuantos años fueron, pero en esa casa comienzan mis recuerdos de infante así que asumo que habrá sido por alrededor de 4 o 5 años. Finalmente, y después de unos años tuvo que entregar esa casa ya que la inmobiliaria se lavó las manos con el asunto de la estafa. En esa casa fui testigo por primera vez de la veta comerciante que tenía la ita (tenía un almacén), gran parte de mi niñez la vi entusiasmada con su alma emprendedora, la cual poco a poco se fue apagando a causa de la mala suerte o de la negatividad de su entorno. De Padre Hurtado nos fuimos al sector de La Estrella en Pudahuel, era una casa esquina bastante grande y espaciosa con un patio grande y, obvio, con una paquetería-bazar que luego tuvo que cerrar a causa de lo inseguro del sector. Cuatro años estuvimos ahí hasta que ese dueño decidió vender y nosotros tuvimos que abandonar. Corría el año 1992. Recuerdo que yo tenía 9 años y que el rock es...

Capitulo 04: Un picnic caótico

  Para el verano de 1974, Baudilio aún se encontraba en San Antonio trabajando en el muelle y la ita acá en Santiago comenzó a tener los síntomas para dar a luz a su tercer hijo. Una vecina, la señora María (a quien nunca conocí) la ayudó y la llevó al hospital. Después de estos acontecimientos Baudilio llegó a Santiago para acompañar a la ita y estar con su hijo, luego de un tiempo encontró nuevamente trabajo, pero en Arica. Así que Baudilio nuevamente tuvo que partir y la ita nuevamente se dedicó a cuidar de sus hijos. Con la llegada de este tercer hijo ya las dos piezas chicas que arrendaban se hicieron demasiado pequeñas y precarias. Entra en esta historia mi tío Lucho (titulo meramente honorifico, ya que poco y nada logro recordarme de él) hermano de la ita quien tenía una casa y se la arrendó por esos años por una suma bastante conveniente a cambio de un favor. -Lo único que quiero pedirte es un favor. Acabo de enterarme que la niña… no es hija mía. -¿Qué? ¿Estás seguro...

Capitulo 03: La ita devuelve los golpes

  La familia de su esposo nunca quiso realmente a la ita. Según ellos (y según el manual del victimismo) él había dejado de estudiar de noche por culpa de ella, pero de estudioso poco y nada tenía ya que era comentado que iba a la escuela nocturna solo a seducir y coquetear con sus compañeras. Tres años estuvo con él. Durante ese periodo ella no trabajaba porque sencillamente él no la dejaba. Los golpes aparecían de sorpresa y en cualquier momento. Pero la gota que rebalsó el vaso fue una vez que le pegó solo por el hecho de estar parada. La ita, juntando valor de la nada lo siguió con un pedazo de manguera de pvc (plástico duro) y en el patio comenzó a devolver los golpes, le pegó por todas las veces que ella recibió hasta que el tipo se cayó al suelo. En el suelo, la Ita le siguió pegando. -¿¡Que está pasando aquí!?- preguntó el padre llegando al patio sin saber que ocurría. -¡Sácame a esta loca de aquí! ¡me va a matar! - contestó el sujeto desde el suelo mientras se cubría l...

Capitulo 02: El hijo que solo vivió dos días.

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  Con esa familia estuvieron hasta cuando la ita cumplió 9 años. Después su madre volvió a encontrar otro trabajo puertas adentro junto a otra familia. Trabajaba toda la semana y los fines de semana tendría derecho a una noche libre. Esas noches ella salía junto a una amiga y la ita quedaba sola en esa casa. Era en esas noches cuando uno de los hermanos del patrón entraba en su habitación para abusar de ella. Lamentablemente, como era niña, en esos años la voz de una niña era pocas veces escuchada. La ita le contó a su madre lo que pasaba, pero su madre no creyó… o quizás eligió no creer. Esto paró cuando uno de los hermanos del patrón (no el abusador) se llevó a su madre a trabajar a otra casa. Ahí fue donde conoció la costura y su amor por las telas. La señora era modista y tenía su taller, en ese taller la ita de 11 años aprendió a coser. Como su madre se había separado de su padre, sus hermanos también quedaron separados, pero a veces se juntaban y la vida les regalaba moment...

Capitulo 01: Un país pobre y feroz

  La “ita” Nació en concepción un 27 de octubre de 1947, en el hospital regional.   La hora no la recuerda, pero fue quizás a eso de las tres de la tarde. La población chillansito fue testigo de sus primeros balbuceos cuando tuvo tres años de edad, ya que sus padres se separaron y junto a su madre se fueron a vivir a esa localidad: chillansito, divertido nombre. Se instalaron cerca de un cerro llamado La Pólvora. Como Chile en ese entonces era un país pobre y feroz, muy tempranamente tuvo que quedar bajo el cuidado de su abuela ya que su mamá debía buscar trabajo para poder apañárselas.   Ese cuidado no duró mucho ya que, a los 4 años su abuela la dejó sola en una pieza encerrada con llave, práctica tristemente común por esos años. Mientras pasaba la tarde ahí encerrada, la ita se puso a jugar con un plato, el cual se rompió y le hizo un corte. Justo en ese momento su mamá había ido a buscarla y podía escuchar su llanto desde afuera. Frustrada, su mamá solo la podía oír...